Beethoven - Sonatas Nos. 8, 23 y 14 - Arrau

>> martes, 18 de mayo de 2010



El absoluto en Beethoven

>>HÉCTOR VASCONCELOS
Fragmento del libro Perfiles del sonido

Cuando Claudio Arrau murió en Austria, en junio de 1991, la pianista France Clidat declaró: «No volverá a haber nadie como Arrau». Tenía razón porque Arrau era parte de una estirpe –originada en el siglo XIX y hoy prácticamente extinta– que veía la música como una religión, que encontraba en ella el espacio de lo sagrado. […]
Aunque chileno de nacimiento, vivió en Berlín desde los ocho años de edad y absorbió ese mundo hasta llegar a ser, en su enfoque musical, más alemán que los alemanes; se dio en él (si bien más justificadamente) el mismo extraño fenómeno que hizo de Henry James, de T. S. Eliot o de Wiliam Sargent –nacidos todos en los Estados Unidos–, epítomes de lo inglés.
Pese a que era un hombre completamente imbuido de las filosofías relativistas y escépticas del siglo XX y un ateo convencido, muchas de sus actitudes se habían formado en un mundo aún decimonónico: creía en el arte y en la música como algo que podía ser trascendente […].
Su erudición y capacidad pianística hicieron que el crítico alemán Klaus Geitel lo llamara «el enciclopedista del piano». Pero ése podría ser un mero dato estadístico. Más importante es la capacidad que Arrau tenía para compenetrarse de los más diversos estilos musicales y ofrecer ejecuciones que captaban la esencia de los grandes clásicos de la literatura pianística, llevándolos hasta sus últimas consecuencias interpretativas. Por ello sus interpretaciones –especialmente las de Beethoven, Schubert, Brahms, Schumann y Liszt– serán siempre puntos de referencia en la interpretación musical […].
Joachim Kaiser, acaso la mayor autoridad alemana en pianistas y literatura pianística, describió a Arrau como «el más noble, el más profundo, el más meticuloso pianista de nuestro tiempo». Hans-Peter Range ha dicho: «Cuando toca el movimiento lento de una sonata de Beethoven, Arrau llega al máximo absoluto de dignidad y solemnidad» […]. Ninguno de los otros grandes beethovenianos –Schnabel, Giesekin, Fisher, Backhaus, Kempff, Serkel, Brendin, Barenboim– logró tal cosa. En ese sentido, fue el pianista más completo de su época, y quizá del siglo [XX].

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Este disco incluye las grabaciones de Arrau de las sonatas para piano de Ludwig van Beethoven Nº 8 (op. 13) «Patética», Nº 23 op. 57 «Appasionata» y Nº 14 opus 27 «Luz de luna», registradas en Países Bajos en 1962, 1963 y 1965.


6 comentarios:

Elgatosierra 18 de mayo de 2010, 1:19  

Dedicaré mi comentario a Arrau, pues creo que el post está muy acertadamente planteado así. Tiempo habrá para hablar del piano de Beethoven, pues seguro que será mucho más recurrente en el blog.
Brendel perteneció a esa familia de pianista que llenó toda mi vida: Horowitz, Barenboim, Rubinstein, Richter, Larrocha, Kempff, Serkin, Brendel, Pollini, Ashkenazy, Gilels, Argrich, Perahia... Creo que éste fue el orden, más o menos, en que los fui conociendo.
Arrau llegó primero con Beethoven, e inmediatamente vino Brahms Chopin, Debussy, Liszt... Creo que durante años, no había un día que no escuchara a Arrau, dejé planos, sin surcos, los discos de los conciertos de piano de Beethoven, Brahms y Chopin. Creo que me los aprendí de memoria en sus versiones.
Siempre me pareció una gran persona, con una cultura renacentista, humanista convencido y filántropo de vocación.
Su compromiso democrático le llevo a rechazar frontalmente a Pinochet.
Me uno incondicional y deliberadamente a este homenaje a este gran pianista del siglo XX que fue CLAUDIO ARRAU LEÓN.
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos.
Elgatosierra

liebestraumer 18 de mayo de 2010, 13:24  

Arrau es el mejor sonido que puede nacer en el piano. Liszt es mi preferido, luego Chopin, Beethoven, y los demas.

Eugenio Murcia 19 de mayo de 2010, 20:23  

Estas tres sonatas son las más bellas de Beethoven, aunque tenga otras más profundas y revolucionarias (algunas de las últimas). Lo que consigue Arrau quizá sólo haya sido vislumbrado por Brendel o Barenboim (y dudo mucho que Lang Lang o Yundi Li se acerquen siquiera, por lo menos interpretando al genio de Bonn). Saludos, Fernando, y felicidades por el blog.

moderrunner 20 de mayo de 2010, 2:11  

Muestra excelente de una música que colma los sentidos

Gracias

e-lector 24 de mayo de 2010, 20:51  

En verdad, estas 3 piezas constituyen un todo armonico de la creacion genial de Beethoven, a las que se une la interpretacion brillante del maestro Arrau. Imperdibles para cualquier melómano. Gracias Fernando por traerlos de vuelta.

Anónimo 20 de agosto de 2012, 9:43  

Arrau es el mejor Beethoven que he oído en toda mi vida, creo nadie jamás lo superará. Quizá el único que me atrevo a agregar es Alfred Brendel, desgraciadamente retirado hoy en día.

Pero no sé como algunos hablan de Barenboim en un artículo de Arrau. Este hombre como pianista es una tristeza, nunca llegará siquiera al nivel de su compatriota Martha Argerich, mucho menos de Claudio Arrau.

Mozart: Sinfonía Nº 25 - I Mov. - Böhm

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