Wagner - Festival de Bayreuth 2011 (2/6) - Tannhäuser

>> lunes, 25 de julio de 2011


Fotografía de Richard Wagner tomada en París cuando se encontraba allí para el estreno de Tannhäuser en 1861


Richard Wagner en la historia de la ópera

Ya hemos dicho que suele considerarse a Richard Wagner como uno de los cinco pilares fundamentales que soportan el repertorio operístico, los otros cuatro serían Mozart, Puccini, Richard Strauss y Verdi.
Dentro de la historia de la ópera podríamos situar a Wagner al final del estilo romántico alemán, después de Weber y Lortzing, y antes de Humperdink, como eje fundamental alrededor del cual giró todo aquel movimiento.



Se suelen dividir sus óperas en tres grandes periodos creativos.
El primero, de iniciación, de 1832 a 1840 aproximadamente, incluiría Las hadas, La prohibición de amar y Rienzi, siguiendo la vena romántica de Weber y Meyerbeer.
El segundo, de transición y madurez, de 1841 a 1855, y con un estilo y personalidad ya bien marcado, incluiría tanto obras musicales, El holandés errante, Tannhäuser y Lohengrin, como ensayos literarios importantes, La obra de arte del futuro y Ópera y drama.



Tannhäuser y Venus, según Otto Knille


Y el tercero, de absoluta maestría y virtuosismo, de 1856 hasta su muerte en 1883, estaría representado por Tristán e Isolda, Los maestros cantores de Núremberg, la tetralogía El anillo del nibelungo y Parsifal, y se caracterizaría por su texturas contrapuntísticas, su riqueza cromática, sus armonías, su poderosa y rica orquestación, y un elaborado uso de los leitmotivs, temas musicales asociados a caracteres específicos o elementos dentro de la trama.
Wagner transitó desde el más puro estilo romántico en sus primeras creaciones hasta el límite de la tonalidad y el neoclasicismo. Su ópera Tristán e Isolda se cita frecuentemente como inicio de la música contemporánea.
Otra de las características fundamentales y particulares de nuestro compositor es que, a diferencia de la mayoría de los músicos, él mismo asumió también el libreto y la escenografía, llegando a convertirse en un referente importante en este último ámbito.
Transformó el pensamiento musical a través de la idea de la «obra de arte total», como síntesis de todas las artes poéticas, visuales, musicales y escénicas, que publicó en una serie de ensayos entre 1849 y 1852, y que quedó plasmada en su monumental tetralogía El anillo del nibelungo.
Sin embargo, sus pensamientos sobre la importancia relativa de la música y el teatro volvieron a cambiar de nuevo y reintrodujo algunas formas operísticas tradicionales en las obras de su última etapa, incluyendo Los maestros cantores de Núremberg y Parsifal.
Wagner fue pionero en varios avances del lenguaje musical, tales como un extremo cromatismo (asociado con el color orquestal) o el cambio rápido de los centros tonales, lo que influyó en el desarrollo de la música clásica europea.
La influencia de nuestro compositor se extendió más allá de la música hacia otras formas de conocimiento, como la filosofía, la literatura, las artes visuales y el teatro. Incluso hizo construir su propio teatro de ópera, el Teatro del Festival de Bayreuth, para representar sus obras del modo en que él las imaginaba y que contiene muchas características de diseño novedoso.

El concurso de canto, por Joseph Aigner


Los puntos de vista de Wagner sobre la dirección de orquesta también fueron muy influyentes. Escribió ampliamente sobre música, teatro y política, obras que han sido objeto de debate, en las últimas décadas, especialmente por su contenido antisemita y su supuesta influencia sobre Hitler y el nazismo.
Wagner logró todo esto a pesar de una vida que se caracterizó, hasta sus últimas décadas, por el exilio político, relaciones amorosas turbulentas, pobreza y repetidas huidas de sus acreedores.
Su agresiva personalidad y sus, con demasiada frecuencia, francas opiniones sobre la música, la política y la sociedad lo convirtieron en un personaje polémico durante su vida, etiqueta que todavía mantiene. El impacto de sus ideas puede ser encontrado en muchas de las artes del siglo XX, e incluso en nuestros días.
Fuente principal.

Por radio
Hoy lunes, 25 de julio de 2011, Radio Clásica de Radio Nacional de España, va a tener el buen gusto de ofrecernos la retransmisión en directo desde el Teatro del Festival de Bayreuth, a partir de las 16 de Madrid (España), (15:00 GMT) Tannhäuser.
Direcciones de interés:
* Sinopsis argumental y comentarios sobre Tannhäuser.
* Libreto bilingüe alemán-español.


Nuestra ofrenda wagneriana de hoy:
Tannhäuser
Nosotros dejaremos aquí una joya discográfica de esta sensacional ópera, la versión que hiciera Karl Elmendorff, en el mes de agosto de 1930. Esta grabación proviene de una producción de Bayreuth preparada y dirigida por Toscanini. Debido a las prohibiciones contractuales, este director no pudo realizar la grabación, y Elmendorff fue contratado para llevarla a cabo, teniendo como escenario el propio Teatro del Festival de Bayreuth, totalmente vacío, en agosto de 1930.
Aquellos 18 pesados discos de pizarra, de 78 revoluciones por minuto, se han convertido en dos ligeros CD. El sonido es equilibrado, intenso y sólido, y está barnizado con la áurea pátina que deja el tiempo y caracteriza estas antiguas grabaciones.
Cuenta con el Coro y la Orquesta del Festival de Bayreuth, aquél muy eficaz y ésta bien entrenada y en forma, y con los siguientes cantantes en los papeles principales: Sigismund Pilinszky (Tannhäuser), Maria Müller (Elisabeth), Herbert Janssen (Wolfram), Ruth Jost-Arden (Venus) e Ivar Andrésen (Hermann). Los actos segundo y tercero están abreviados, pero incluyen algunas escenas que no aparecieron en la publicación original, y que fueron recuperadas de sus matrices correspondientes. El trabajo del Ward Marston como productor de restauración es más que sobresaliente, y desde aquí queremos agradecer y reconocer su magnífico trabajo
Como dice un sabio amigo nuestro, esta grabación «está lejos de la perfección, pero resulta muy interesante pese a algunas salidas en falso del tenor». Aquí encontrarán un ejemplo paradigmático de lo bien que se cantaba a Wagner por aquellas épocas, y no como ahora, que se le grita de forma inmisericorde, con honrosas excepciones claro está. La mayoría de los solistas hacen una prestación sobresaliente, a excepción, o desgracia, de Pilinszky, quien transforma el personaje de Tannhäuser en un neurótico decadente. Sin embargo el elenco femenino es estupendo, Müller nos ofrece una Elisabeth de sonido bellísimo y Jost-Arden se nos presenta como una sensual y vibrante Venus.


¡Salud, paz, sonrisas, cordiales saludos y a disfrutar!

4 comentarios:

kiko 25 de julio de 2011, 9:55  

Buscando información sobre el festival de Bayreuth he venido a parar a este blog. Ya lo tengo en mi lista de google reader. ¿Alguien sabe si estas retransmisiones del festival van a estar disponibles via podcast? Un saludo.

Elgatosierra 25 de julio de 2011, 23:37  

Kiko, echa un vistazo a esta página:
http://ximo.wordpress.com/2011/07/26/bayreuth-2011-tannhauser/
Elgatosierra

Enrique Arias Valencia 2 de agosto de 2011, 7:28  

Dice: "La influencia de nuestro compositor se extendió más allá de la música hacia otras formas de conocimiento, como la filosofía,"

Respondo: en mi tesis de 2002, El arte redentor, quise ver en Wagner un importante inspirador de El nacimiento de la tragedia de Nietzsche.

De hecho, y gracias a Internet, me he enterado recientemente de que Wagner escribió un ensayo donde usa el concepto "arte redentor" para referirse a la música. Lo cual me alegra el alma y me dice que dicha tesis va por buen camino.

¡Saludos!

Enrique Arias Valencia 2 de agosto de 2011, 7:36  

Por cierto, sobre el hermoso vídeo que anexaron, dice en su descripción:

"Note - this is a concert version and not from an actual performance of the opera".

Ya decía yo que las chicas no intervenían en esta escena. Si los varones son quienes peregrinan a Roma.

De todas formas, qué bella entrada de las voces altas. Ya lo guardé en mis registros.

Mozart: Sinfonía Nº 25 - I Mov. - Böhm

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