Wagner - Festival de Bayreuth 2011 (3/6) - Los maestros cantores de Núremberg

>> martes, 26 de julio de 2011


Retrato de Richard Wagner en Lucerna en 1868

«Me di cuenta, en efecto, de que precisamente donde una de las artes alcanza su límite insuperable, la otra comienza inmediatamente a funcionar en su esfera de acción con la exactitud más rigurosa; y que, consecuentemente, mediante la unión íntima de estas dos artes, uno podría expresar con la claridad más satisfactoria lo que no podría de ningún modo expresar por sí mismo; y que, por el contrario, todo intento de ofrecer con los medios de una de ellas lo que podría ser ofrecido sólo por las dos juntas, estaba inevitablemente abocado a producir primero oscuridad y confusión y después la degeneración y la corrupción de cada arte en particular».
Fragmento de una carta de Wagner a Berlioz




Richard Wagner siempre fue un gran amante del teatro, buen gusto más que posiblemente heredado del contacto, durante años, con su padrastro, el actor y dramaturgo Ludwig Geyer. Tras el trágico fallecimiento de su padre, su madre comenzó a vivir con el actor y dramaturgo, que había sido amigo de su difunto marido. En agosto de 1814, Johanna Rosine se casó con Geyer. La huella que el actor dejo en nuestro compositor fue indeleble.

El interior de la iglesia de Santa Catalina, en la versión de Wolfgang Wagner


La pasión de Geyer hacia el teatro fue compartida por su hijastro, que empezó desde muy jovencito a tomar parte en las actuaciones. En su autobiografía, Wagner recordó haber representado en una ocasión el papel de un ángel. Asimismo, el joven quedó fuertemente impresionado por los elementos góticos de El cazador furtivo de Carl Maria von Weber.
Nuestro compositor fue un escritor prolífico, autor de cientos de libros, poemas y artículos, así como una voluminosa correspondencia. Sus obras literarias cubren una amplia temática, incluyendo política, filosofía y detallados análisis de sus óperas. Su primer ensayo destacado fue Arte y revolución, y ya dijimos ayer que durante su segundo periodo creativo escribió dos ensayos literarios importantes, La obra de arte del futuro y Ópera y drama.
Alguien dijo una vez que Wagner puso todo su empeño en conseguir su propio teatro y convertirse en una especie de barón feudal en su castillo, y lo consiguió. Fue responsable de importantes innovaciones teatrales desarrolladas en el Teatro del Festival de Bayreuth, para cuyo diseño se apropió de algunas ideas de su antiguo amigo Gottfried Semeper, que había solicitado también un nuevo teatro de ópera en Múnich. Estas innovaciones incluyeron la oscuridad del auditorio durante las representaciones y la colocación de la orquesta en el foso, fuera de la vista del público. Las representaciones de Adolphe Appia de las óperas de Wagner en Bayreuth tuvieron profundas consecuencias en las prácticas teatrales en general.
El concepto wagneriano del uso de los leitmotivs y la expresión musical integrada han sido una influencia en numerosas películas de la historia del cine. El crítico Theodor Adorno destacaba que el leitmotiv wagneriano «lleva directamente a la música cinematográfica donde la única función del leitmotiv es para anunciar héroes o situaciones con el fin de permitir al espectador orientarse más fácilmente».
El conjunto de reflexiones que nosotros hemos querido resumir con el párrafo que abre el presente ensayo, fue lo que le llevo a nuestro compositor a elaborar su teoría del «Gesamtkunstwerk» (obra de arte total), apropiándose del concepto schopenhaueriano de «genio» y aplicándoselo a sí mismo en cuanto creador de una obra resultante de la fusión de las diferentes artes, especialmente del arte dramático y del arte musical.
Wagner formulaba la íntima fusión de música y drama de la siguiente manera: «La ópera consiste en lo siguiente: que un medio de la expresión (la música) se convierte en un fin y un fin de la expresión (el drama) se convierte a su vez en medio…». Como en tanta otras ocasiones la confusión entre fines y medios produce trasmutaciones significativas.



El interior de la iglesia de Santa Catalina, en la versión de Katharina Wagner


Uno de los argumentos centrales de Wagner para justificar el fin de la división entre las artes y su fusión en una única obra total había sido la lucha contra el egoísmo artístico. Abramos nuestras puertas a todas las artes y utilicemos todos sus medios. Pero el resultado de esta reflexión fue muy distinto al esperado. Wagner concibió la «obra de arte total» como el resultado del trabajo de un único artista, autor simultáneamente del libreto, la música y la idea escénica.
Habría que esperar al expresionismo y el constructivismo para que desarrollara la idea de «comunidad colaborativa» entre artistas de diversas disciplinas, con la aspiración, eso sí, de no limitarse a una suma mecánica de sus creaciones, sino de alcanzar una auténtica fusión orgánica.
Nos resultaría imposible en tan breve espacio desarrollar todos los conceptos que Wagner ayudó a conformar en el ámbito de la dramaturgia, basten por ahora estas someras pinceladas, y quizá en un futuro profundizaremos en algunos de los aspectos a los que hemos hecho referencia ahora y aquí.
Pero la influencia de Wagner en la escena moderna es de tal extensión y profundidad que se puede ver claramente en personalidades tan importantes como Adolphe Appia, Émile Jaques-Dalcroze, Edward Gordon Craig, Arnold Schönberg, Vsevolod Meyerhold, Leon Schiller, Gaston Baty, Adriá Gual, Cipriano, Rivas Cherif…

Fuentes principales:
Wikipedia.
Sánchez, J. A: La escena moderna. Manifiestos y textos sobre teatro de la época de vanguardias. Madrid, Akal, 1999.

Por radio
Hoy martes, 26 de julio de 2011, Radio Clásica de Radio Nacional de España va a tener el buen gusto de ofrecernos la retransmisión en directo desde el Teatro del Festival de Bayreuth, a partir de las 15:57 horas de Madrid (España), (14:57 GMT) Los maestros cantores de Núremberg.
Direcciones de interés:
* Sinopsis argumental y comentarios sobre Los Maestros Cantores de Núremberg.
* Libreto bilingüe alemán-español.


Nuestra ofrenda wagneriana de hoy: Los maestros cantores de Núremberg
El regalo musical del día es, como no puede ser de otra forma, Los maestros cantores de Núremberg, y la versión elegida la capitaneada por Rudolf Kempe en abril de 1956. Cuenta como intérpretes con los Coros de la Catedral de Santa Eduvigis de Berlín y de la Ópera del Estado de Berlín y la Orquesta Filarmónica de Berlín, y con los siguientes cantantes en los papeles principales: Ferdinand Frantz (Sachs), Gottlob Frick (Porner), Elisabeth Grummer (Eva), Rudolf Schock (Walter), Horst Wilhelm (Vogelgesang) y Walter Stroll (Beckmeister).
Un auténtico monumento fonográfico. Para algunos especialistas versión ideal, muy posiblemente la más equilibrada y mejor cantada de cuantas existen, potenciada al máximo por el director favoreciendo la labor de conjunto, y admirablemente secundado por los intérpretes citados.



¡Salud, paz, sonrisas, cordiales saludos y a disfrutar!


1. Introducción | 2. Tanhäuser | 3. Los maestros cantores de Núremberg | 4. Lohengrin | 5. Parsifal | 6. Tristán e Isolda

1 comentarios:

Enrique Arias Valencia 2 de agosto de 2011, 7:47  

Dice: "Estas innovaciones incluyeron la oscuridad del auditorio durante las representaciones y la colocación de la orquesta en el foso, fuera de la vista del público".

Éste de Wagner me encanta: «La ópera consiste en lo siguiente: que un medio de la expresión (la música) se convierte en un fin y un fin de la expresión (el drama) se convierte a su vez en medio…».

Y vuestro comentario al respecto es un festín:

"Como en tanta otras ocasiones la confusión entre fines y medios produce trasmutaciones significativas".

Mozart: Sinfonía Nº 25 - I Mov. - Böhm

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