Una galería de cuadros en una exposición (3/4)

>> miércoles, 7 de octubre de 2009



Tercera parte: otra acuarela para los cuadros

Todo mundo supone que la idea de que Maurice Ravel orquestase los Cuadros en una exposición surgió del gran Serge Koussevitzky, quien la comisionó en 1922, para estrenarla el 19 de octubre de ese mismo año en la ópera de París. Realmente, la situación fue al revés: fue Ravel quien introdujo a Koussevitzky a la obra de Modest Mussorgsky, quien a ese momento desconocía de la existencia de esa obra maestra. El entusiasmo que le generó Ravel fue tanto que de allí surgió el famoso «encargo».
Don Serge se auto-adjudicó los derechos exclusivos para interpretar esta obra y durante muchos años fue únicamente a través de su batuta que la obra se empezó a posicionar en el repertorio sinfónico. Entre los primeros directores en recibir el honor de interpretarla después de Koussevitzky fueron Leopold Stokowski (en Philadelphia) y Toscanini (Nueva York).
En las notas que escribió Stoki a propósito de la prémière en Philadelphia fue un tanto crítico, dejó su sentir de que la orquestación no hacía honor al carácter ruso de las obras, principalmente por los antecedentes del autor de los Cuadros, Hartmann, y su posición dentro de la estética del arte ruso.
Sus apreciaciones fueron un poco más allá, y al investigar con más detalle los antecedentes del trabajo de Ravel cayó en la cuenta de que éste uso la versión «procesada» de Rimsky-Korsakov de los Cuadros, no el original de Mussorgsky. En ello no hay que culpar a Ravel, sencillamente no tuvo acceso a esa partitura. El 3 de febrero de 1922, Ravel escribió a su amigo y gran musicólogo y rusófilo M.D. Calvocoressi: «He estado esperando obtener una copia del original de Mussorgsky de los Cuadros en una exposición, sin embargo, este día me han notificado de los archivos en Moscú que sencillamente no me la pueden proporcionar. Por casualidad, ¿tú la tienes o conoces a alguien que me la pueda prestar?». Lastimosamente, este intento, como todos los que hizo Ravel, fueron infructuosos por lo que optó por usar la versión «revisada» de Rimsky-Korsakov.
Stoki sí tuvo acceso al original y de allí su crítica… Stoki visualizaba la orquestación de Ravel como excesivamente «francesa», por lo que se propuso crear sus propias orquestaciones. Stokowski tenía esta opinión, que compartía de casi todos los intentos de orquestación (hasta del propio Rimsky-Korsakov), como poco rusos, de allí que también Stoki orquestase por su cuenta La noche en una montana árida e hiciese una suite sinfónica de Boris Godunov. La transcripción de Stoki es más breve (28 minutos) que la de Ravel (35 minutos en promedio), porque suprimió dos “cuadros” por dudar de la autenticidad de ambos (presumía que los había escrito Rimsky-Korsakov). Dichos cuadros eran Tullerías (en la alameda de un jardín, se pinta un conjunto de niños junto a sus juegos, teóricamente inspirados en el famoso jardín parisino) y el Mercado de Limoges (una ilustración de un mercado francés en el cual dos mujeres discuten animadamente).
La versión de Stoki es fabulosa, aunque me caigan pedradas de todos lados, yo la declaro mi favorita. Aunque justo es decir que ambas orquestaciones sirven esplendorosamente al genio de Mussorgsky, pero si tuviese que escoger entre una para recluirme, seleccionaría la de Stokowski sobre la de Ravel. Stoki completó su orquestación en 1939 y la estrenó ese mismo año, con su Orquesta de Philadelphia, el 17 de noviembre de 1939.
Las diferencias entre ambas son notables. ómese por ejemplo el Promenade, donde Stokowski la pinta con un aire elegante y refinado usando las cuerdas en vez de los bronces (que recién entran al final de esta pieza). Luego, en varias secciones de la obra, hace un uso muy hábil de juegos instrumentales entre maderas y xilófonos, antes de bronces y percusión (como por ejemplo en los Gnomos y en Baba Yaga). En dos piezas está quizás el más sólido argumento del apego de Stoki al «verdadero» original de Mussorgsky: en el Bydlo. En la partitura de piano, este movimiento empieza «fortissimo», en cambio Ravel hace un crescendo (melodramático) desde un pianísimo y en general el fraseo orquestal no acentúa el ejercicio dinámico de las ruedas forzadas de la carreta, más que en la imagen de distancia-claroscuro-radiante creciendo. El otro ejemplo es el Baba Yaga: para Ravel este movimiento es un tour de force brutal y asertivo en la percusión, Stoki construye una pieza pintada con una paleta orquestal más grotesca, casi como una danza macabra (en el espíritu del ser mitológico ruso en que está inspirada) con varios efectos de mutación en los bronces hasta dar paso al movimiento final. En el movimiento último, Mussorgsky acentúa la expresividad de la pieza haciendo sonar a la orquesta como un grandioso órgano (de hecho, lo incorpora a la orquestación) con exposiciones brillantes en los que la percusión (especialmente con gongs y campanas) acentúa las expresiones.
Amigos y amigas, no perdamos mucho tiempo en comparar una con otra, Stokowski y Ravel sirven, con paletas orquestales un poco distintas pero igualmente válidas, a la grandiosidad de la pieza. Ahora les ofrecemos la oportunidad de recreen el sonido de Stoki con él mismo dirigiendo a la New Philharmonia. Es injusto que, fuera de esa grabación, casi no existan registros de dicha transcripción.

Ya en nuestros días, cuando se creó la Leopold Stokowski Society LSS en 1979, uno de sus principales objetivos fue incentivar que el vasto legado de transcripciones sinfónicas de Stoki fueran interpretadas y grabadas. En este sentido, en una alianza estrategica con Naxos, el Comité Directivo de la LSS decidio en 2003 acercarse al maestro uruguayo José Serebrier para que grabase las transcripciones, considerando que fue discípulo personal y protegido de Stokowski durante muchos años (director asociado de Stoki en el recordado proyecto de de la American Symphony Orchestra y copartícipe de muchas de las grabaciones de Leopold en la última parte de su vida, incluyendo en la primera grabacion mundial de la Cuarta Sinfonía de Ives). De esta asociacion han surgido dos monumentales CD, ambos premiados por la crítica (incluyendo una nominación al Grammy 2004 por la grabación de Mussorgsky), en los cuales Serebrier re-inventa las transcripciones de su maestro, en obras rusas y con Bach. En este post aprovecharemos para compartirles la interpretacion de Serebrier con la Orquesta Sinfónica de Bournemouth de la transcripcion de Stokowski de los Cuadros. Asi mis amigos y amigas, tienen un doble placer por disfrutar, la grabación que el propio Stoki hizo su orquestación de los Cuadros, más el reciente registro que hizo José Serebrier.
Hasta la próxima.

3 comentarios:

Dr. Marco Oliva 7 de octubre de 2009, 7:27  

Gracias por el aporte, para aumentar nuestra cultura musical.

Elgatosierra 9 de octubre de 2009, 1:08  

Elgatosierra al aparato.
Hola Ernesto, no vengo con piedras sino con razones, y sólo quiero alentar un poquito la polémica, para ver si el personal se anima.
¡Tu post, como siempre, maravilloso!
Ya conocía la versión de Stokowski, como la de Ravel.
Que Stokowski era un músico de una pieza a estas alturas nadie puede negarlo, y que Ravel era un orquestador consumado tampoco.
Si la versión de Ravel puede parecer excesivamente francesa, pero la de Stokowski a veces parece excesivamente americana, por momentos me parece estar escuchando el West Side Story de Leonard Bernstein.
Y una diferencia fundamental entre ambos es que mientras Stoki conocía la versión de Ravel no creo que Ravel conociera la de Stoki. Me hubiera gustado saber que hubiera hecho Stoki partiendo de la nada.
En cualquier caso ya he dicho en otras ocasiones que prefiero la versión original para piano que las orquestaciones posteriores.
La versión de Serebrier con la Orquesta Sinfónica de Bournemouth es absolutamente virtuosista, no en vano recibió un aluvión de críticas muy favorables cuando salió.
Ernesto, Fernando, muchas gracias por las golosinas.
Salud, paz y una sonrisa por favor.
Elgatosierra

ipromesisposi 25 de octubre de 2009, 23:36  

Felicitarles a todos los contribuyentes a este magnífico lugar de intercambio de ideas.
Quizá les pueda interesar el estudio sobre la discografía comparada de los Cuadros de Mussorgsky (tanto en su orquestación como en la versión original para piano) que realicé en:
http://ipromesisposi.blogspot.com/
Son bienvenidos.

Mozart: Sinfonía Nº 25 - I Mov. - Böhm

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