Tchaikovsky - Sinfonía Nº 6 «Patética» - Pletnev
>> viernes, 18 de marzo de 2011
>>MARTÍN ZUBIRÍA
La Sinfonía nº6 Op.74 en Si menor «Patética» fue compuesta entre los meses de febrero y agosto de 1893. El compositor dirigió el estreno, en San Petersburgo, el 28 de octubre de ese mismo año.
El título de «Patética» no es el propio Tchaikovski; fue sugerido por su hermano y la palabra rusa que utilizó fue «patetichesky», que más significa «apasionado» o «emotivo» que «lamentable» o «patético». La obra ha provocado los comentarios más diversos, también por razones que no son estrictamente musicales, puesto que una semana después del estreno el compositor se vio llevado al suicidio por un escándalo en su vida privada. La interpretación más plausible habla de una retrospectiva autobiográfica que desemboca en un «réquiem» para sí mismo, resultante de una premonición que el compositor habría tenido de su próximo fin.
En el análisis sumario que sigue nos atenemos a la autoridad del musicólogo A. Lischké.
Como una de las sinfonías anteriores de Tchaikovski, la Quinta, también la «Patética» comienza con una introducción en tempo Adagio. El fagot expone un tema decididamente lúgubre, a partir del cual el «Allegro» inicia después una carrera anhelante. El contraste con el segundo tema es total: tocado por los violines, en modo mayor, es una de las melodías más abiertamente sentimentales que Tchaikovski haya escrito y que muere, en un largo diminuendo interrumpido bruscamente por un choque orquestal de una terrible violencia. El desarrollo, verdadera tragedia musical, alcanza varias cumbres sonoras, entre las cuales resuena en los trombones, en un momento de reflujo de la intensidad, el fragmento de un coral procedente del Réquiem ortodoxo: «Que repose entre los santos».
El segundo movimiento, «Allegro con grazia», aporta una distensión indispensable. Es un vals de una melodía suave y elegante, con la particularidad de estar escrito en un ritmo de cinco tiempos. Sin embargo, al oírlo, no sentimos en absoluto la asimetría. Se trata de un logro extraordinario de Tchaikovski. Son pocas las composiciones con cinco tiempos por compás que suenan de un modo tan natural. Esto se debe en parte a que la estructura de las frases es obstinadamente regular, como para compensar la irregularidad continua de los compases divididos en mitades desiguales (2+3). Hay una sección de trío en el medio, y también está en ritmo de 5/4. Este trío es notable por su pulso continuo sobre la nota Re en los fagotes, bajos de cuerdas y timbales.
Después del Tchaikovski angustiado ante el destino y del hombre amable y elegante, pero siempre con un fondo pesimista, al llegar al tercer movimiento estamos ante el ser de fuego que deja estallar, por última vez, su prodigiosa carga de verbo y de vitalidad. Este «scherzo» es un movimiento dionisíaco, de un impulso continuo, sin un instante de reposo y, por una única vez, con una ausencia total de contrastes. Todos los esfuerzos van dirigidos hacia una intensificación progresiva del volumen sonoro y de la escansión rítmica.
El último movimiento, «Adagio lamentoso» es el testimonio de la próxima destrucción de sí mismo, que Tchaikovski había presentido. Comienza con un tema desgarrador en los violines seguido de una respuesta que aporta un poco de recogimiento religioso. En la parte central, un segundo tema en modo mayor tiene una resignación dulce y triste; impregnado de pesar, llega hasta el paroxismo en su tensión dolorosa. La coda es introducida por un grave coral a cargo de los metales. Un recuerdo del segundo tema, en modo menor, se borra al descender hacia el extremo grave de las cuerdas; la música se hace más lenta y más baja, con lo que la sinfonía llega a un clima sonoro semejante al de la Introducción y muere, por así decir, en las profundidades de donde surgió.
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Para escuchar esta obra maestra, que tanto influiría en Mahler para la composición de su Sinfonía Nº9, proponemos la que acaso es la mejor versión moderna de esta partitura. Está a cargo de la Orquesta Nacional Rusa y su titular y fundador, Mikhail Pletnev, prestigiosa batuta que ha debido afrontar el año pasado graves acusaciones de las que poco se ha sabido luego de la publicación de las mismas.
En este magnífico disco, imprescindible para todo el que quiera asomarse a la Patética, se acompaña la genial sinfonía de Tchaikovsky con la bella Fantasía-obertura Romeo y Julieta, del mismo compositor y por los mismos intérpretes.
8 comentarios:
Hola, esta sinfonía es bellísima, y la vesión encantadora, que opinas de la versión de jansons con la flarmónica de Oslo? ya se que hay muchisísimas versiones, el gato sierra dió una lista interesantísima en el blog del cuervo lópez, pero no hablan de ésta ni la de pletnev con la misma orquesta bajo el sello virgin classics en 1993. Gracias
Melómano
... estee, la orquesta nacional rusa me refiero, disculpen
Melómano: la verdad que escuché la versión de Jansons, me pareció muy correcta como lo que hace el maestro (porque tiene un piso muy alto), pero creo que no puede competir con esta versión ni muchas otras (Karajan o Mravinsky, por nombrar dos al azar).
Talvez interesse:
http://pqpbach.opensadorselvagem.org/gustav-mahler-1860-1911-sinfonias-de-1-a-4-com-bernard-haitink/
Bueno, Fernando: me había inspirado escribiéndote sobre la versión de jansons, y se me borró!!. La versión fué grabada en la década de los ochenta del siglo pasado con una orquesta poco conocida (Creo yo) y gracias a este ciclo de las sinfonías de piotr, junto con otras, como la décima de Shosta con la orquesta de Filadelfia, está donde está. Estoy de acuerdo contigo en que lo que hace actualmente con la Concertgebouw, no pasa de lo correcto. En fin, es cuestión de gustos, si la de Mravinsky no tuviera una parte central del segundo movimiento tan lenta, para mi gusto, fuera mi favorita. Esta versión que subistes la obtuve de un especial de un periódico de mi país, "El Nacional", junto con la suite de los ballets de este genial músico ruso, con Mtislav Rostropovich y la filarmonica de Berlin, espero que la subas también. Te repito, esta versión de Plevnev es muy buena, como la que hizo bajo el sello Virgin clasics en 1993. No he escuchado la de muti, rostropovich, pero le tengo un especial cariño a la de Berstein con la filarmónica de Nueva York de 1963 (creo) bajo el sello actual de sony. Y por allí miro las demás, ya que fué la primera que escuché, será por eso. La de karajan de 1971 (sony) me gusta más que la de 1979 (DG). Gracias por tu excelente blog, y continúa con el ciclo de Mahler! FENOMENAL!
bernstein/new york; markevitch/londres.
Fernando, cuando te puedo enviar mi aporte de musica de Letelier si quieres ver que tal es ? o te lo mando y tu vez cuando se publica ? Saludos.
HATU:
Mandame el aporte, veo qué tal está y luego te aviso si se publica y cuándo. ¿Te parece?
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