Mahler: discografía esencial. Sinfonía Nº 3 (3/3)

>> jueves, 7 de octubre de 2010


Mahler: discografía esencial. Sinfonía Nº 3
Tercera parte
(Ver Parte 1 y Parte 2)

El gran Jascha
La segunda versión se grabó entre el 27 y el 29 de julio 1970, apenas un año y unos meses después de la anterior, en el Fairfield Halls de Croydon (Londres), y los protagonistas fueron el maestro Jascha Horenstein con Norma Procter, los Ambrosian Singers, el Coro de Niños de la Wandsworth School y la Orquesta Sinfónica de Londres, y el sello discográfico que nos la ofrece es Unicorn.
Pueden creerme todos ustedes cuando les digo que esta versión me ha acompañado desde poco después de ser grabada, la adquirí inmediatamente después de enterarme de su aparición, y tuve que viajar al extranjero para poderme hacer con ella. Todavía guardo, como oro en paño, y en un estado bastante decente, el doble vinilo RHS 302/3.



El primer movimiento está lleno de carácter, es rotundo, elemental, pero no complaciente, absolutamente insultante, y las secciones orquestales pugnan por empujar y sobresalir en maestría. El paisaje montañoso, rocoso, está perfectamente roturado. Los sonidos de la naturaleza son salvajes, la tierra ronca en las profundidades, y el magma bulle en su interior, puede explotar en cualquier momento. Y la marcha nace de forma natural, sin esfuerzo, de parto lógico y a tiempo. Se escucha llegar venir desde lejos, es la consecuencia lógica de todo lo anterior. El juego dinámico del final del movimiento es absolutamente portentoso. El sonido nos llega a oleadas y nos golpea con una potencia inusitada.
En el segundo movimiento las maderas vuelven a ser las protagonistas. Aquí además de bonitas flores hay algo más, cardos, ortigas y malas hierbas. Pero es que en la naturaleza hay de todo, porque todo es necesario, incluso las malas hierbas también tienen su función y su utilidad.
El tercer movimiento es aquí más macabro, más revoltoso y más socarrón, pero también más real. La vida en la naturaleza no es fácil, los depredadores están siempre acechando y no hay tregua. Hay algo de brutal, de peligroso, lo terrible es inminente, pero hay que acostumbrarse a convivir con ello. La acidez rezuma por todas sus costuras.
El cuarto movimiento está esculpido en relieve, con un detallismo inusitado. La voz de la soprano viene desde lo lejos, desde el infinito y se acerca imperceptiblemente, con una claridad y una trasparencia meridianas. La invitación a la reflexión no es cariñosa, sino más bien dura, hay una rotundidad sorprendente, una lógica aplastante que no nos permite salida. ¡Esto es lo que hay y así está el tema! Es un Mahler arrogante y lapidario.
La alegría del coro de los niños del quinto movimiento además de ser luminosa y trasparente, es inocente y juguetona. Pero además Horenstein incluye de forma rotunda el drama, la traición de Pedro, sus remordimientos, y el perdón final. Pero además de la alegría también se ha puesto de manifiesto el sufrimiento de la culpabilidad.
Y llegamos al sexto y último movimiento con la tensión necesaria. Horenstein se vuelve clara y decididamente hacia Bruckner. Al principio no todo es tan claro como debería de ser, quizá así se manifiesta la inseguridad que más tarde se resolverá de forma sorprendente. Hay pequeñas dudas, quizá alguna impotencia… Se me ocurre la idea del nacimiento del río, la lluvia en las montañas, el deshielo de las nieves, los pequeños riachuelo que van tomando forma, los afluentes que poco a poco van haciendo sus medianos aportes, para concluir todo en la arrolladora corriente del río madre que arrastra todo a su paso hasta desembocar bien adentro del océano.

Le hours concours
Al llegar a este punto, los lectores habrán deducido que definitivamente los gustos de este amigo de ustedes se quedan con la magistral lectura del maestro Horenstein, un pelín por encima de la gran lectura de Barbirolli.
Ambos maestros fueron en su tiempo grandes mahlerianos, y también existen magníficas versiones de ambos de otras obras de Mahler. Aunque yo soy de la creencia de que la lectura de Horenstein con los sinfónicos de Londres es la que se lleva la palma de todas.
No cabe duda de que Horenstein amaba esta obra y tenía plena confianza en la vigencia de su mensaje, y claro está se lo transmitía a sus intérpretes. La Sinfónica de Londres, como en otras grabaciones de aquella época, tuvo una prestación más que sobresaliente, con una respuesta controlada, directa e inmediata a los requerimientos de su director.
El plan de la obra se ha resuelto en su conjunto, no por partes como en la versión anterior, hay un único trazo de una precisión y solidez absolutas, y todo queda perfectamente aclarado desde el principio. La interpretación es auténticamente vívida. Aquí no hablaré de vientos de metal sino de auténticos bronces, las trompas, las trompetas y los trombones dan una auténtica lección que ningún oyente podrá jamás olvidar. Horenstein se muestra de manera flexible, pero decidida, ahora rudo y luego amable.
Creo muy sinceramente que ésta es la versión que mejor refleja la lujuriosa riqueza tímbrica que encierra esta partitura.
Salud, paz, sonrisas y cordiales saluditos.

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6 comentarios:

Anónimo 7 de octubre de 2010, 15:20  

This file contains David Zinman's new recording of Mahler 9.

Fernando G. Toledo 7 de octubre de 2010, 16:04  

What? It isn't true. The file contains Mahler's Symphony No. 3, conducted by Jascha Horenstein.

Elgatosierra 10 de octubre de 2010, 1:23  

Estimados amigos Agrippina, Fernando de León, gpdlt2000 y Francisco Etchegaray quiero agradecerles a todos sus amables comentarios, y decirles que no paro de aprender de todos ustedes. Muchas gracias.
Quiero, asimismo, hacer público mi profundo agradecimiento al anfitrión de este blog, Don Fernando G. Toledo, por el magnífico trabajo de edición que ha hecho con mi modesto ensayo. Y reitero mi homenaje al querido amigo Ernesto Nosthas por su gran ayuda en la revisión del mismo.
Salud, paz, sonrisas y muy cordiales saludos para todos.
Elgatosierra

Fernando G. Toledo 11 de octubre de 2010, 15:34  

El agradecido soy yo, Gato.

Washington 14 de febrero de 2012, 17:24  

Estimado Fernando, me pregunto cuál es el secreto, qué tipo de imán tienes que has conseguido reunir en ese sitio, ‘oidofino’, a esa pléyade de gentes que nos/me proporcionan el placer de paladear información, notas y comentarios de tanta calidad. Tu página, Fernando, me recuerda la página de aquel entrañable Cuervo López, un tipo excepcional, y de quien -creo- eres el más digno continuador.
Hoy mismo estuve leyendo (y lo copié, por supuesto) el extenso y profundo análisis del Gato Sierra acerca de la tercera sinfonía de Mahler y de sólo algunos de sus intérpretes. Y me preguntaba: ¿Habrá otro sitio donde acudir…?
Me despido con un cordial y fraterno abrazo.
¡Sigan ahí! Lo que ustedes se han propuesto es inexcluyente.
Nachoeska (Washington Scaniello: nachoeska@yahoo.com.ar y nachoeska@gmail.com )

Fernando G. Toledo 24 de julio de 2015, 9:18  

Muchas gracias, Nachoeska, por tu hermoso comentario.

Mozart: Sinfonía Nº 25 - I Mov. - Böhm

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