Debussy - Preludios - Zimerman

>> martes, 15 de junio de 2010



Zimerman: ingenio y clase

Publicado en Audioclásica

Interpretaciones maravillosas; la clave de su éxito es el extraordinario grado en el que Kristian Zimerman combina cantidades liberales de los detalles localizados más exactos con un manejo verdaderamente agudo de la forma general y de la estructura de cada uno de los preludios.
La cathédrale engloutie del Libro I, por ejemplo, destila una atmósfera perfecta de sensibilidad y calma en sus primeros compases. El efecto de campanas queda exquisitamente suspendido evocando un profundo sentimiento de tristeza, y Zimerman elabora un clímax de soberbia sonoridad cuando la catedral de leyenda emerge de la ominosa profundiad. En otra parte del Libro I hay una ejecución emocionante, llena de delicadeza y descaro, en La danse de Puck, y un Ce qu’a vu le vent d’ouest lleno de furia elemental. En el Libro II, del que se suele decir que es menos musical que el I, Zimerman consigue incluso una mejor interpretación de las texturas en el voluble e impredecible Les fées sont d’exquises danseuses, el final Feux d’artifice, ilustra todo el virtuosismo de Zimerman.
Zimerman se muestra particularmente sensible hacia el sentido del misterio y apartamiento espiritual que tan a menudo refleja la música de Claude Debussy en los Preludios, aunque su ejecución puede ser calificada de cualquier forma excepto de oscura. El sentido de grabación es casi ideal; en términos de calidad y clase, Zimerman carece de rival.

4 comentarios:

Fernando G. Toledo 19 de junio de 2010, 10:18  

Supuse que alguien iba a comentar algo sobre este disco. Quien se atreva a perdérselo, sepa que se está perdiendo un disco de esos que uno se llevaría a una isla desierta, con discman y todo, claro.

Elgatosierra 23 de junio de 2010, 4:41  

Y supusiste bien Fernando, yo mismo comentaré algo sobre este disco y animo a todas las personas que pasan por aquí a que se unan a nosotros para animar un poco más el cotarro.
Supongo que no hace falta hablar de las obras, pero aunque la mayoría suele hacer referencia al viaje a mí me gusta mucho más la vertiente onírica. Como el propio Debussy apuntaba: “Cuando uno no tiene los medios para pagarse los viajes, debe sustituirlo por la imaginación"). JAJAJA Bueno esto es lo que tiene ser pobre. Y la imaginación que más me gusta es la de los sueños, cuando el autocontrol es menor.
Esta versión de Zimerman, repleta de detalles, destellos y sutilezas es maravillosa, pero para mi gusto un poquito rígida, con una leve falta de flexibilidad. Cierto que destaca el aspecto misterioso de las partituras sin perder la claridad y el colorido, pero por momentos me parece un poco tenso, falto de maleabilidad.
Y tú opinión al afirmar, legítimamente y muy respetable, que Zimerman carece de rival se me antoja un poco exagerada. Desde luego para mí Gieseking sigue siendo, como mínimo, primus inter pares.
Ahora podrías plogongar este disfrute con las dos series de Images. ¡Es sólo una sugerencia!
Salud, paz, sonrisas y cordiales saluditos.
Elgatosierra

Fernando G. Toledo 22 de agosto de 2012, 18:00  

Tarde... pero seguro, Gato: el comentario no es de mi autoría, aunque prefiero los Preludios de Zimerman por sobre otros. Quien escribe la reseña es un anónimo redactor de la revista Audioclásica, y seguramente exagera un poquitín, sí (ja, ja).

Anónimo 3 de septiembre de 2017, 13:08  

:O

¡Maravilloso!

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