Dvorák - Concierto para chelo y otras obras - Vogler - Robertson

>> sábado, 15 de mayo de 2010


Los secretos del Concierto para chelo

>>MICHAEL BECKERMAN

Traducción de Fernando G. Toledo

El Concierto para chelo y orquesta de Antonin Dvorák es una de sus obras maestras y un poderoso ingrediente para el repertorio contemporáneo. (…) El género y la elección del instrumento elegido se inspiran en el Concierto para chelo de Victor Herbert, que el compositor escuchó en Nueva York en 1894, pero el nervio expresivo del Concierto para chelo de Dvorák está íntimamente relacionado con la vida y la muerte de su cuñada, Josefina Kounicova. Son particularmente misteriosas dos citas de la canción de Dvorák Lasst mich allein (Déjame solo), que aparecen en el segundo y tercer movimientos, sugiriendo que allí puede estar, después de todo, el programa secreto de esta obra. Después de todo, la obra a gran escala previa de Dvorák fue la sinfonía Nuevo mundo, inspirada en parte por la Canción de Hiawatha de Longfellow. Su siguiente obra orquestal fue el poema sinfónico de 1895 Vodnik (El fantasma del lago), basado en una balada de K.J. Erben (una especie de Stephen King checo). (…) Este disco incluye dos versiones del Lasst mich allein de Dvorák, rodeando el Concierto para chelo: una vocal y otra transcripta para chelo (…)."

>>JAN VOGLER
Traducción de Fernando G. Toledo

El biógrafo de Dvorák, Otakar Sourek, ha escrito sobre la relación entre Josefina y el Concierto para chelo sólo en la tercera edición de su libro. Él nos cuenta dos cosas que son importantes para el concierto: primero, que Dvorák se enamoró de Josefina a mediados de 1860, antes de casarse con su hermana; y segundo, que Lasst mich allein, una de sus Canciones de amor, op. 82, era una de sus canciones favoritas. No hay manera, en este punto, de probar o refutar este testimonio. No hay una fuente externa a la familia donde se haya publicado esa información, donde quizá era un secreto a voces. (…) No me siento capaz de ofrecer ninguna explicación para la historia compositiva y los detalles de la pieza que no incluyan a Josefina, aunque pueda existir. Dvorák citó su propia canción de amor, introducida por una marcha funeral en el movimiento, a poco de haber recibido una carta de ella acerca de que había caído enferma, a finales de 1894. Y él agregó además la coda, citando otra vez la canción después de la muerte de ella, en la primavera de 1895. Pero por otra parte, es probablemente un error tomar a los compositores tan literalmente. ¿Escribió Dvorák el concierto para Josefina o en su memoria? ¿O la usó como una musa, para evocar una especie de escena en la que Scarlett O’Hara conoce a Tristán, y una vez inventada, cobró vida en su obra? (…).

---

Estas magníficas interpretaciones tienen a Jan Volger como solista en violonchelo, Angelika Kirchshlager como mezzo soprano, Helmuth Deutsch en piano y la New York Philharmonic, dirigida por David Robertson.

3 comentarios:

Elgatosierra 17 de mayo de 2010, 3:44  

Interesantísima la historia para poder comprender mejor la génesis y sentido del Concierto. Aquí debería apoyarse buena parte de la hermenéutica de sus intérpretes, director y solista. Y la versión de Deutsch con Vogler y la Filarmónica de Nueva York me ha encantado.
Este concierto es una auténtica obra maestra, el movimiento lento central, “Adagio ma non troppo”, me puede, es de una belleza similar al tercer movimiento del Concierto para piano n.º 2 de Brahms, que por cierto tiene la melodía más preciosa jamás compuesta, y que interpreta, curiosamente, un chelo. ¿¡Guiños Brahms – Dvorák, Dvorák – Brahms!? Aquí lo dejo.
Y tiene la suerte de estar representado en la historia de la fonografía en buenísimas versiones: Szell con Casals y la Filarmónica Checa; Szell con Fournier y la Filarmónica de Berlín; Karajan con Rostropovich y la Filarmónica de Berlín; Giulini con Rostropovich y la Filarmónica de Londres... Y siqueréis una más moderna igualmente buena y con sonido espectacular Paavo Järvi con Capuçon y la Sinfónica de Radio Frankfurt.
Bueno, con ésta que nos regala Fernando ya estamos bien servidos, pero si deseáis más perspectivas ya sabéis otras posibilidades a donde dirigirse sin miedo a fallar el tiro.
Gracias Fernando, precioso y revelador post.
Salud, paz, sonrisas y cordiales saludos.
Elgatosierra

Eugenio Murcia 19 de mayo de 2010, 20:15  

Otra versión genial: Rostropovich, Royal Philharmonic, Adrian Boult.

suareznebot 27 de mayo de 2010, 8:31  

Por desgracia nopuedo acceder al enlace de este post ni al de la Sinfonía en re de Franck. No sé cuál es la razón. Confío en que se solucione el percance. Igualmente, enhorabuena por Oído Fino. saludos

Mozart: Sinfonía Nº 25 - I Mov. - Böhm

  © Blogger templates Sunset by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP